El maquillaje es uno de los mejores aliados que se tienen para lucir radiante y también quitarse unos cuantos años. La clave está siempre en una buena elección de los productos y de las tonalidades que más favorecen a cada persona. Además, en función de la edad que se tenga, hay que tener en cuenta una máxima que, en este caso, se cumple: menos es más. Y a todo ello hay que sumar una serie de trucos para conseguir estar radiante, que se focalizan en la piel y las mejillas.
Piel luminosa
Para estar radiante, es necesario lucir una piel luminosa y uniforme, teniendo que camuflar las imperfecciones en el caso de que existan. En estas situaciones, lo mejor es usar las bases de maquillaje que incorporan ácido hialurónico, colágeno o ingredientes tensores e iluminadores. Además las hay oil free para las pieles grasas.
Estas bases tienen la particularidad de que funcionan como un auténtico tratamiento antiedad. Y, para conseguir mejores resultados, el tono debe ser el más parecido al de la piel. También se consiguen mejores resultados con las texturas fluidas al permitir un acabado más suave y natural.
Pómulos
Una forma de rejuvenecer el rostro es recuperar el rubor juvenil. La mejor solución pasa por utilizar un colorete de color rosa para conseguir un efecto buena cara al instante. La aplicación debe hacerse con la cantidad justa en el centro del pómulo, haciendo movimientos circulares y difumando hacia las sienes.
Los pómulos también pueden realzarse para tener un aspecto más juvenil y disimular la flacidez y las líneas de expresión. Aquí la clave está en usar paletas de contouring, de manera que el color más oscuro se aplica bajo el hueso para marcarlo más.
Luego, se usa el iluminador para poner el contrapunto, aplicándolo en la parte más alta del pómulo para que, ópticamente, aparezca más elevado. Y, un buen truco para equilibrar el rostro, es extender un poco de iluminador en el centro de la frente, la barbilla y el puente de la nariz.
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