Muchas veces nos volvemos locas delante de un stand de cosmética y tratamiento, nos ofrecen cantidad de productos que nos hacen preguntarnos si serán tan eficaces y específicos como indican. La publicidad siempre nos muestra los últimos avances en aceleradores del colágeno, rellenadores de ácido hialurónico, moléculas antienvejecimiento… Pero a veces, basta con conocer la base de los principios activos del producto que vamos a comprar y así sabremos en qué aspecto de nuestro rostro va a incidir. El otro día os hablaba de cómo cuidar la piel con metales preciosos; del mismo modo, hoy veremos los beneficios de flores, plantas y frutas en tu piel, puesto que son innegables, y además, ahora están avalados científicamente:
– La orquídea: renueva la piel, lucha contra los radicales libres y retiene la hidratación que necesitas para pasar el día, pero sin humedad exterior.
– Oceanic Crista: es una planta oceánica que tienes sorprendentes propiedades estimulantes y antioxidantes.
– Café verde: renueva la energía de la piel, dejándola fresca y radiante como después de una noche de sueño reparador.
– Flor de Tiaré: es una flor originaria de la Polinesia, sus propiedades para nutrir piel y cabello son muy utilizadas y reconocidas en el mundo de la cosmética.
– Arándano: de acción protectora y anti-inflamatoria, gracias a sus muchos flavonoides y antocianósidos.
– Algodón: conocido también como “Oro Blanco”, tiene propiedades regeneradoras y nutritivas.
– Eucalipto: sólo su aroma refresca y alivia, pero además, es purificante y estimulante.
– Oliva: el aceite que se extrae del fruto del olivo es emoliente, suavizante y muy, muy hidratante.
– Rosa: evita la sequedad, reduce las rojeces y regenera la piel; también tiene cierto poder purificante.
– Prímula: perfecta para pieles sensibles y con cuperosis gracias a sus propiedades calmantes.
– Uva: sus polifenoles combaten los radicales libres, y sus pepitas son un fantástico exfoliante.