En los últimos años venimos apreciando la gran variedad de tratamientos de estética a los que podemos someternos para mejorar nuestra imagen. Algunos de ellos son de paso obligado por quirófano, así como otros menos invasivos consisten en diferentes técnicas de recuperación de los niveles adecuados del estado y aspecto de la piel. Dentro de estos últimos se encontraría la medicina hiperbárica, una especialidad de la que hablaremos hoy y que además de fines terapéuticos, también los tiene estéticos.
El tratamiento consiste en suministrar al paciente unas dosis de oxígeno dentro de una cámara hiperbárica. Este oxígeno es introducido a una presión mucho mayor que la que está presente de manera regular en la atmósfera. Esta mayor presión ejerce una mejor asimilación del oxígeno por parte de nuestro cuerpo, por lo que también se aprovecha mucho mejor, aumentando así los beneficios que de por sí el oxígeno nos produce.
Beneficios estéticos de la medicina hiperbárica
La oxigenación hiperbárica (OHB) nace como un tratamiento de medicina terapéutica para solucionar diferentes tipos de enfermedades, pero los médicos especialistas en la materia coincidieron en observar diferentes efectos secundarios muy beneficiosos también para la piel de sus pacientes. Entre ellos destaca la regeneración celular, una óptima cicatrización, el aumento de producción de colágeno y elastina, y un mejor tono. Por todo ello, sus sesiones se han visto incluidas también en clínicas de medicina estética.
Las garantías de un profesional
Puesto que una cámara hiperbárica no está indicada para todo tipo de pacientes, sus sesiones precisan de una revisión médica previa en la que un médico especialista valorará si el paciente puede someterse a ellas. Una vez se le dé el visto bueno, el paciente se introduce en la cámara y durante toda la sesión está monitorizado y vigilado por un operador de cámara, quien se encargará de realizar la descomprensión indicada previamente por el médico.