Cuando hablamos de belleza física no podemos dejar pasar por alto lo atractivo que resulta el conjunto global de mujeres de origen latino, que combinan distintas sensaciones en sus rostros, que pueden ir desde la más remota inocencia hasta la más brutal sensualidad; y todo ello acompañado de un cuerpo de voluptuosas curvas que combinan contradictoriamente con zonas donde sobresalen los huesos.
Todas esas características las reúne Eva Mendes, una de las actrices latinas más valoradas del momento, y que comenzó su meteórica carrera a mediados de los 90, cuando pudimos comprobar su gran belleza y atractivo, que hoy acapara tantas portadas. Llena de personalidad y sin renunciar nunca a sus orígenes, la bella actriz y modelo conserva intacto su tono bronceado en la piel, incluso cuando recurre a los más prestigiosos maquilladores, los cuales no deben bajar jamás su tono natural, por muy de moda que esté la piel algo más aclarada.
Tomando este tono como lienzo para su maquillaje, Eva es consciente del poder de atracción que puede llegar a tener su mirada, por lo que acostumbra a pintar sus oscuros ojos en tonos marrón chocolate, incluso en el exterior del párpado inferior, a modo de difuminado, completando todo el juego de la mirada con un rímel negro que da espesor a sus pestañas.
Para aportar algo de luz, el párpado fijo luce tonos beige, lo que sirve de barrera al llegar al espesor de sus cejas, que lleva depiladas únicamente para dar forma, manteniendo siempre su grosor. En los labios, tonos neutros y naturales, que lucen enmarcados con un perfilador en tonos maquillaje; una naturalidad que también queda patente con el pequeño toque de colorete que se aplica a modo de rubor casual. Un modo de maquillarse nada sofisticado, pero pensado de un modo ideal para destacar el atractivo natural que hay en ella.