Del mismo modo que la forma o el tono de nuestro rostro influye en que un tipo de maquillaje pueda quedarnos mejor o peor, la forma natural de nuestras uñas es también determinante a la hora de decidir qué forma debemos dar a nuestras uñas cuando las limamos.
De hecho, existen algunas guías que nos recomiendan de qué manera debemos hacerlo según la forma y el tamaño que tengamos.
Si eres de uñas cortas y anchas lo mejor es llevarlas con una forma cuadrada con los cantos redondeados, no rectos del todo. Las mujeres con las uñas largas y grandes también deberían probar con este estilo para no alargarlas en demasía.
Si tu forma natural es ovalada, nada puede sentarte mejor que unas uñas largas y redondeadas que mantengan su silueta original dándote un aspecto natural que no obstante es elegante y no pasa de moda.
No obstante, si tus uñas ovaladas son muy estrechas o finas probablemente parezcan siempre más largas de lo que son. A no ser que busques ese estilo, lo mejor para llevar unas uñas largas en la justa medida es la manicura con formas cuadradas y contornos también cuadrados.
Piensa que una misma manicura puede resultar distinta en cada persona, pues para empezar la ‘cama’ de las uñas, la parte rosada, es distinta en cada persona, así que no debes obsesionarte con lo que quieres sino con lo que mejor te va.
Para empezar puedes probar con la forma que consideres que más se adapta a tus características, aunque si no acabas de verte con ninguna lo mejor es que acudas a un centro de estética a hacerte la manicura aunque sea una vez para que los profesionales puedan recomendarte más concretamente lo que te favorecerá.