Las cutículas son una barrera que protege el nacimiento de nuestras uñas y que rodea la base de éstas. Cuidarlas y preservar su estado es muy importante para prevenir la llegada de posibles afecciones importantes que puedan dañar la salud de nuestras manos. ¿Cómo hacerlo? Hoy te contamos varios consejos que te van a ayudar.
La importancia de la hidratación
La hidratación es fundamental para evitar que las cutículas se sequen y se endurezcan. Hay cremas especiales para ello, que las ablandan y permiten que, después, con un palito de naranjo (nunca una lima metálica) las puedas empujar, siempre con mucho cuidado y sin pasarte para evitar que luego te pueda doler. Date también crema de manos para mantener una hidratación constante en la zona.
Nunca las cortes
Si cortas las cutículas puedes dañar la piel y provocar que la zona se inflame o se infecte; lo que tienes que hacer es empujarlas hacia atrás como te comentaba antes. Al contarlas estás eliminado esa barrera protectora de las uñas, que serán entonces más vulnerables a las bacterias, la suciedad y las infecciones.
Evita productos agresivos
Si vas a exponer tus manos a productos agresivos o detergentes que lleven cloro u otro tipo de ingrediente fuerte protege tus manos con guantes para evitar que la cutícula sufra en exceso. Tampoco las mojes con agua muy caliente. Si esto ocurre la cutícula va a crecer más de lo debido para proteger mejor a tus uñas, y terminarán endureciendo y amarilleando.
Protege tus manos
El frío hace que las manos se resequen mucho y esto también afecta al estado de tus cutículas, que se pueden agrietar. Protege tus manos cuando las temperaturas bajen, no te olvides los guantes y lleva en el bolso una crema hidratante para ir aplicando cuando estás fuera de casa.