Tratamiento corporal japonés para piel madura


Las mujeres orientales tienen fama de ser las que más y mejor cuidan su piel, de hecho, muchos de sus rituales, así como los componentes de sus tratamientos de belleza se incluyen actualmente en multitud de salones y fórmulas occidentales. La mejor publicidad que pueden hacer de toda su sabiduría es el perfecto estado de su cutis, de hecho todo el mundo destaca de ellas su famosísima piel de porcelana.

Del mismo modo, el resto del cuerpo también lo cuidan concienzudamente, proporcionándole los mejores cuidados, incluyendo masajes y pociones con ingredientes de máxima eficacia. Un tratamiento japonés con el que las mujeres niponas combaten la piel madura consiste en una sesión en la que la soja y la seda son los componentes esenciales. Un placer para ti, para los sentidos y para la piel, que recupera elasticidad, firmeza e hidratación.

La soja remodela y redensifica los tejidos, reduciendo la inevitable degradación que sufre la estructura que sirve de sostén a la piel. Este ingrediente es muy rico en activos naturales, tales como las isoflavonas, que actúan equilibrando la piel madura con un efecto parecido al que nuestras hormonas ejercen de manera natural, y que a causa de la edad disminuyen considerablemente en cantidad, por lo que quedamos a expensas de la gravedad y sus consabidas consecuencias.

La seda, por su parte, es muy rica en aminoácidos (alaina, glicina y serina) y en proteínas, y es capaz de mantener en el interior de la piel un nivel máximo de hidratación, gracias al modo en que retiene el agua. En sinergia, ambos componentes ejercen un poderoso poder revitalizante, devolviendo la suavidad y la tersura incluso a las pieles más castigadas. Por lo tanto, el resultado es un excelente aliado con el que podrás combatir el paso del tiempo y llegar a una edad adulta ralentizando sus efectos adversos.

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