El verano ya está aquí pero no siempre se puede ir a la playa o la piscina para tomar el sol y lucir bronceado, al menos, hasta que llegan las vacaciones. Además, con el confinamiento y el hecho de salir menos, se tiene la piel más blanca. A esto se suma que no es buena la exposición solar prolongada, aunque se utilicen protectores solares. No queda más remedio así que acudir a los autobronceadores. Un producto que no siempre se utiliza bien y que tiene sus trucos. Aquí te contamos tres que son fundamentales para que puedas lucir un autobronceado perfecto.
Exfoliación
Para conseguir un buen resultado óptico con el autobronceado, una de las claves es la exfoliación. Este paso es el primero y se recomienda hacerlo siempre con un exfoliante que sea suave. El motivo no es otro más que garantizar que el bronceado quede uniforme al haberse eliminado las células muertas de la dermis.
Si no se eliminan con la exfoliación, el autobronceado no puede quedar bien y se corre el riesgo de que se vea a corros con tonos más oscuros y otros más claros e, incluso, amarillentos.
Aplicación
Otro buen truco a la hora de aplicar el autobronceador tiene que ver con su aplicación. El secreto está en hacerlo de abajo hacia arriba. El proceso es metódico. Es muy importante no olvidarse de los pliegues de la piel, sobre todo, los corporales para que no se note la diferencia.
De este modo, hay que poner autobronceador también en la zona de las rodillas, ingles, codos y axilas. Así, todo el cuerpo se verá igualmente con un bronceado uniforme.
Masaje
Y el tercer truco es el masaje. Aunque la aplicación ya hemos dicho cómo se hace, no hay que olvidarse tampoco de que es conveniente aplicar el autobronceador con movimientos circulares para que no quede ninguna línea tras haber hecho una primera aplicación de abajo hacia arriba. Solo queda ya dejar secar bien y lavarse las manos para no tocar nada, sobre todo, los ojos.
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