Que el efecto de la base de maquillaje quede perfecto en nuestro piel depende de muchos factores que vamos a ir desgranando en el artículo de hoy. En primer lugar, dependerá de la elección correcta del tipo de base y, en segundo, de cómo la apliques en tu rostro. Si quieres lucir siempre un maquillaje impoluto no te pierdas los consejos que te traemos para que tu rostro esté resplandeciente en todo momento.
La elección de la base
Comenzaremos con la elección de la base. Es mejor que lo pruebes en tu cara y no en las manos como solemos hacer habitualmente, puesto que el tono de la piel no es el mismo en realidad. Si compruebas que se funde y parece como si no llevaras nada, habrás encontrado la tonalidad de base adecuada. Cuanto más natural e igual a tu rostro, mejor, si te lo compras más oscuro el resultado será muy artificial. Y si lo que quieres es subirle un poco el color al rostro date sobre la base unos polvos bronceadores. Para que la base luzca matificada y uniforme también puedes aplicar sobre ella unos polvos minerales.
Tipos de base
Existen bases en formato polvo, crema, líquidas… Es importante que elijas el tipo de base que mejor se adapte a tu tipo de piel y que mejor se funda con ella. Y es que la base perfecta será aquella que no se note que llevas pero sí que te dé un aspecto luminoso, unificado y maravilloso.
La aplicación
Una vez tengas contigo la base perfecta en cuanto al tono, llega el momento de ponértela, paso fundamental para un buen resultado final. Necesitarás una esponja o brocha apropiadas y no apliques producto en exceso, ponte en la frente, nariz, barbilla y pómulos y difumina. Si tienes alguna imperfección que quieres disimular no pongas una cantidad extra de base en ella, porque sólo conseguirás que se vea más. Debes darte corrector y ya aplicar la base con normalidad. Recuerda la importancia de maquillarte también el cuello para que no se note un corte con respecto al tono de la cara.