Al igual que ocurre con el cabello, las uñas son una parte de nuestro cuerpo que se nutre de la sangre. La formación de las uñas puede verse alterada por una carencia en nuestra alimentación y por trastornos corporales. Cuando esto ocurre se produce lo que llamamos uñas frágiles, aquellas que se rompen fácilmente e incluso se abren. Otro tipo de trastornos son las inflamaciones dolorosas, conocidas como uñeros, que producen grandes molestias y problemas de infección. Los hongos son menos habituales, pero en ocasiones también aparecen. Existen diversos remedios caseros para afrontar estos tipos de problemas:
– Para fortalecer las uñas: realizar una mezcla con aceite de ricino y un poco de limón, a continuación, depositar el resultado en un bol y sumergir las uñas durante unos minutos. Repetir esta acción varios días para conseguir el efecto deseado.
– Para evitar que las uñas se rompan y se abran: este punto trata más sobre la alimentación, de modo que lo lograrás nutriendo bien la sangre que ayudará al crecimiento y buen desarrollo de la uña. Se recomienda comer cada día unas pepitas de melón; también son buenas las ensaladas de pepino, tomadas durante 7 días. Un consejo para que el pepino no repita es que no lo peles del todo, deja algunos trocitos de piel junto con la pulpa.
– Para eliminar hongos: calentar en un cazo un litro de agua donde se hervirán las mondas de plátano verde durante 10 minutos. Antes de acostarte, lava las manos con un jabón anti-hongos (de farmacia) y sécalas bien. A continuación, lávalas de nuevo sólo con la mezcla anterior y utiliza el secador para su secado. Pela un diente de ajo y frótalo por las zonas afectadas; deja caer en esa zona la cera fundida de una vela y cubre la mano con un guante de fibra natural para toda la noche. Repite varias noches y verás como desaparecen.