Público y crítica de la París Fashion Week cayeron rendidos a sus pies, Stella McCartney arrasó en la jornada que tuvo lugar esta misma mañana. La diseñadora tenía muy clara cuál era la base de su colección y las causas que la inspiraron a llevarla a cabo: la sensación de descanso que percibe una mujer cuando se ve favorecida y arreglada con lo básico. Así pues, fuera prendas ceñidas y taconazos, y bienvenida libertad.
Eso sí, una libertad muy femenina y elegante, algo que nunca puede faltar en las colecciones de la británica. Del mismo modo, esa sencillez se pudo apreciar en el estilismo que lucían las modelos que pisaron la pasarela, ya que todas ellas fueron maquilladas de un modo básico y minimalista. Es posible que esta propuesta se confunda a priori con el nude que tanto éxito está teniendo, ya que en cierto modo sería una prolongación del mismo, pero con matices.
Por un lado tenemos el tono de piel, que ciertamente es claro, pero no cae en los tonos tan rebajados que vemos habitualmente. Esta base se acerca más a las doré naturel que a las blanquecinas o rosadas, y podrás encontrarla tanto en maquillaje como en cremas de color. El aspecto que da es de efecto buena cara total, que siempre podrás acompañar de un toque de colorete en tonos tierra. Son bases muy naturales y favorecedoras, y van ideal a cualquier hora del día.
En los ojos, Stella optó por una técnica muy simple, que recuerda a nuestros primeros pinitos con el maquillaje a los 15 años: párpado desnudo, pintar la raya y toque de rímel. La clave está en el tono del lápiz, un precioso verde azulado que da una chispa a tu mirada. También se pinta la raya superior por dentro, pero en este caso de negro, para agrandar un poquito el ojo. El rímel será un negro básico o un marrón chocolate, para no exagerar demasiado las pestañas. En los labios, tonos muy neutros o una simple aplicación de brillo natural.