Somos muchas las mujeres que llevamos un ajetreado ritmo de vida, por lo que en ocasiones, no disponemos de tiempo para pasar por casa a comer ni a descansar. Con las horas, ese ajetreo se va notando en el rostro, pero podrás evitarlo si dedicas 15 minutos cada mañana a arreglarte sin prisas y con precisión. Aquí te dejo las claves para que brilles del día a la noche:
– Piel joven: utiliza a diario una crema que no permita que tu rostro se muestre apagado, lo lograrás aún más si te decantas por una hidratante con un toque de color.
– Base de maquillaje: encuentra la que mejor se funda con tu piel, probándola siempre en el mentón, ahí verás la unificación de su tono sobre el tuyo, deberá ser imperceptible.
– El “nude” perfecto: cada vez son más las mujeres que se decantan por un look discreto y natural.
– Un toque de luz: imprescindible para mantener un aspecto fresco y descansado hasta la noche. Distribuye bien el iluminador en tu rostro, pero de un modo natural, no es necesario brillar en este sentido, un toque en los pómulos será suficiente. Elige sombras que incorporen partículas nacaradas.
– Rubor en las mejillas: el gran aliado para lucir un aspecto de “buena cara” a lo largo del día. Sonríe delante del espejo y aplica el blush con la brocha en la zona prominente (recuerda limitarte a las mejillas, ya no se lleva nada en los pómulos).
– Mirada magnética: delinea al milímetro con lápiz fino en negro o, si tienes buena práctica, con eyeliner, la zona que está al ras de las pestañas del párpado superior, pero hazlo de un modo imperceptible. Aplica a continuación un rímel que te aporte algo de volumen, pero no exagerado.
– Boca perfecta: aplica maquillaje bien extendido en los labios, a continuación la barra, y por último el gloss. Retoca el brillo siempre que sea necesario, ya que si estás bien maquillada, el conjunto global no se estropeará por haber perdido el color en los labios, pero sí ocurrirá si pierdes el brillo.