Proteger la piel contra los efectos de la calefacción


Cuando hablamos de adquirir buenos hábitos y rutinas de belleza siempre hay 2 puntos sobre los que incido especialmente, y éstos son limpiar el rostro concienzudamente todas las noches y conseguir un óptimo nivel de hidratación las 24 horas del día, ya que una piel bien hidratada no es tan susceptible a sufrir envejecimiento prematuro ni las consecuencias que éste trae, como líneas de expresión y zonas de flacidez.

En un principio había el error común de pensar que teníamos que hidratarnos más en verano que en invierno, algo que no tiene razón de ser y que afortunadamente ya es una leyenda que tiende a desaparecer puesto que cada vez son más las mujeres que se hidratan en invierno para proteger su piel del frío, sabedoras de que es un gran causante de sequedad en nuestra piel.

Esta nueva toma de conciencia es muy positiva, pero el concepto “proteger del frío” a veces puede llevar a error, ya que hay personas que piensan que por vivir o trabajar en espacios cerrados que cuentan con calefacción, esa ausencia de frío no hace necesaria una buena hidratación, y éste sí que es un error muy grande, ya que la calefacción no sólo seca sino que seca en exceso.

Los sistemas de calefacción secan el aire del ambiente por lo que la piel estará más deshidratada y tirante, afectando especialmente a pieles y/o zonas sensibles, provocando irritación, rojeces, y que se vuelvan más reactivas porque la falta de humedad en el ambiente contribuye a debilitar el manto hidrolipídico. Por este motivo, aunque estés en casa todo el fin de semana y para ir a trabajar deberás utilizar cremas hidratantes que contengan preferiblemente glicerina, ácido hialurónico, azúcares, ceramidas y aceites vegetales, para lograr una piel hidratada y protegida.

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