Ya sé que esto parece un “no parar”, puesto que con cada cambio de estación vienen los consabidos consejos de belleza oportunos, pero es que, al igual que hacemos con la ropa de temporada, la piel también es un elemento que debemos “mudar” en cada ocasión.
Si bien es cierto que en verano insisto en la importancia de estar completamente hidratadas, esto no significa que, llegados los meses de frío, podamos bajar la guardia, puesto que cometeríamos un grave error.
La hidratación es el pilar fundamental de todo truco y consejo de belleza, algo de lo que puedo hablarte desde la experiencia, ya que hasta hace unos meses era casi adicta a refrescos con gases, de todos los colores y sabores. A día de hoy, si te enviara una foto de mi mesa de trabajo, seguro que te llamarían la atención las botellas de agua que andan “por aquí en medio”, gracias a las cuales mi piel mejoró notablemente desde que hice el cambio.
Así que tenemos, por un lado, mínimo de litro y medio de agua al día (te enganchará, ya verás) y mucha, mucha cremita a diario, tanto en la cara como en el cuerpo. El frío provoca una sensación de grietas y sequedad que le restan resplandor a tu piel, y que le suman años a tu cara.
Debemos realizar una exfoliación completa y eliminar todos los restos de bronceado y empezar a plantearnos una nueva temporada; hazlo sin miedo, ya que la tendencia en maquillaje viene cada vez más clara, no desentonarás.
En cuanto a la aplicación de cremas y lociones, será mayor que en verano, puesto que las altas temperaturas de esos meses nos hacen beber más líquido inconscientemente, por lo que la piel también lo absorbe. Apúntate a una crema facial con factor de protección solar, verás cómo el próximo verano luces un tono más uniforme y tu piel estará más sana. Un último apunte: ojito con los labios. No basta sólo con pintar, debemos exfoliar e hidratar igualmente, y este año más que nunca, puesto que vienen de moda los labiales sin ningún tipo de hidratación añadida.