Piel perfecta en primavera


Dentro de unos días llegará la primavera, una estación del año especialmente complicada para ciertos tipos de piel, por causa de las alergias, los primeros rayos de sol, etc. La primavera es ese tránsito que nos ayuda a preparar nuestra piel de cara al verano, estación en la que cometemos más excesos en nuestros hábitos diarios. Es conveniente realizar tratamientos que colaboren a que nuestra imagen luzca resplandeciente.

Esta etapa es bueno comenzarla con una limpieza de cutis profunda; aunque utilices habitualmente productos efecto peeling, conviene liberar el cutis de toda suciedad subcutánea. Una limpieza que sea esencialmente desincrustante y purificante, para eliminar puntos negros, comedones, células muertas o cualquier otra leve mancha que pudiera salir en la piel. Recuerda que no harás otra limpieza similar hasta que haya finalizado el verano, puesto que con ella también eliminarías el bronceado.

Si notases que tu piel no queda completamente depurada, no incidas repetidas veces sobre la zona, a veces es mejor hacer este tipo de limpiezas como si se tratara de un tratamiento, es decir, puedes realizar 2 ó 3 en un período de unos 40 días, y ten muy en cuenta que es imprescindible que la piel no sufra. Si padeces rosácea u otro tipo de alergia cutánea, no conviene que realices más de una limpieza y con carácter más leve.

Para todos los tipos de piel, lo que es interesante es refrescar el rostro los días posteriores a la limpieza, ya que, aunque no sintamos molestias de ningún tipo, sí que lo hemos sometido una presión a la que no está acostumbrado. Algo tan simple como humedecer una toalla desmaquilladora y tumbarnos con ella cubriendo el rostro, es suficiente. Si usas una crema hidratante con factor de protección solar y te limpias todas las noches, finalizando con una borlita de algodón impregnada en tónico, notarás como el sol va dando color a tu rostro de una forma gradual y sin sombras.

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