En cuestión de estética y belleza son muchísimos los cuidados que existen en la actualidad que se encargan de atender diferentes necesidades de la piel. Distintos cosméticos y/o tratamientos médico-estéticos con los que podemos lograr unificar el tono de la piel, minimizar bolsas y ojeras, disminuir líneas de expresión, etc. De entre todos ellos, hoy hablaremos de la electroestética, uno de los métodos que podemos encontrar en clínicas especializadas.
La electroestética es un tratamiento que consiste en la aplicación de cargas eléctricas en nuestra piel, una combinación de iones positivos y negativos, que lejos de molestar, hacen de cada sesión un momento de relax. Su uso está indicado tanto para mejorar la apariencia de la piel facial como la corporal, notándose sus efectos y beneficios en un amplio abanico de posibilidades y zonas a elegir.
Beneficios en el rostro
A nivel facial, la electroestética ayuda a eliminar manchas del cutis, líneas de expresión y bolsas de los ojos. Además, dada la carga de oxígeno que se recibe en cada sesión, es un completo sistema de limpieza. Al mismo tiempo, el calor que recibe la zona a tratar y los impulsos eléctricos contribuyen a mejorar la musculatura, por lo que el resultado final es un rostro aparentemente rejuvenecido.
Beneficios en el cuerpo
A nivel corporal, es un buen complemento en fases de adelgazamiento, ya que la musculatura del cuerpo también se ve favorecida por sus efectos, impidiendo así la temida flacidez que suele conllevar la pérdida de peso. Su uso se solicita especialmente para la remodelación de glúteos y muslos. Otras indicaciones corporales de la electroestética son las varices, gracias a que activa la circulación sanguínea. Si este método te resulta interesante, no olvides que siempre debes acudir a centros especializados que te ofrezcan todas las garantías, huyendo de locales que tengan como gancho precios bajos y que no son de confianza.