En muchas ocasiones, cuando nos queremos maquillar de un modo especial para una jornada que transcurrirá durante el día, tendemos a sobrecargarnos faltando a la máxima de que “menos es más” y pecamos un poquito de excesivas. Si has quedado para tomar un café con alguien a quien no ves muy a menudo, o acudes a una entrevista de trabajo, y quieres causar una buena impresión, a veces lo ideal es ponerse un poquito de todo, pero dando la sensación de que prácticamente no llevas nada.
Yo te aconsejo empezar por utilizar una crema hidratante, que siempre te aportará una sensación de frescor y lozanía en el rostro. Como base de maquillaje, te aconsejo que te vayas acercando a los tonos más claros, ya que dulcifican mucho más las facciones, te dan una apariencia más joven, y los demás complementos de maquillaje que utilices destacarán mucho más tus rasgos. Para los ojos, puedes usar sombras en colores completamente naturales, de modo que tapes las venitas de los párpados, y si acaso, un poquito de iluminador incoloro en el arco de la ceja.
Será suficiente con que te pintes una raya marrón chocolate en el párpado móvil superior, un trazo muy fino y muy pegado al nacimiento de las pestañas, a las que sí que podrás ponerles un rímel del mismo tono o, incluso, negro. Para estas horas del día yo te recomendaría una máscara de pestañas cuya función sea más la de alargar y no la de dar volumen, ya que se trata de hacerlas notar, pero no de un modo muy sofisticado.
Para los labios, tonos muy naturales, casi en la línea de los rositas, y que podrás pintar de un modo muy casual, pero preciso. Imprescindible un toque de gloss transparente que le aporte ese brillo que te dará un aire fresco. Sube el tono de tu piel con la aplicación del colorete, a modo de rubor. Unas uñas en color porcelana completarán un look muy discreto y elegante.