Es curioso que cuando termina el verano muchas mujeres se lamentan de que están perdiendo el bronceado. Pues a mí hay algo que me da más rabia todavía en los meses fríos: la sequedad que acusan las manos. Se ponen ásperas, blanquecinas por la falta de hidratación y el cambio de temperatura, y pueden llegar a mostrar unas grietas que, además de antiestéticas, son bastante molestas y a veces hasta dolorosas.
Esto podemos notarlo tanto en las palmas y en el dorso, como en los dedos, donde la falta de agua nos insensibiliza el tacto, haciéndonos notar más áspero todo aquello que tocamos. Por su parte, los nudillos y las zonas que están entre ellos son los que más grietas pueden llegar a presentar, terminando algunas de ellas por abrirse, sangrar y formar pequeñas heridas que nos escocerán al contacto con otros elementos, incluido el propio frío. Vamos, el cuento de nunca acabar.
Prevención, tratamiento y mantenimiento
Lo que necesitamos para impedir todas estas situaciones incómodas es prevenir esa sequedad hidratando nuestras manos continuamente. Hay que utilizar crema con mucha más asiduidad que en verano, y evitar que las manos estén húmedas siempre que sea posible. Lávatelas con jabones que contengan aceites y sécalas correctamente, a continuación, aplícate crema al momento, conviene hacerlo después de cada lavado. Para impedir que se engrasen, utiliza fórmulas de rápida absorción. Si lo consideras necesario, hazte con unos guantes térmicos, éstos te ayudarán a mantener la temperatura y a mejorar la circulación sanguínea.
Complementos de moda
Protege también tus manos del frío para salir de casa o del trabajo. Lleva siempre unos guantes contigo y no esperes a sentirlas frías para ponértelos, sal ya con ellos puestos. Aprovecha que este año los complementos están más de moda que nunca y haz que tus guantes se conviertan en tu aliado de belleza, tanto para lucir una imagen de lo más chic con tu vestuario, como para poder presumir de manos suaves también en otoño cuando te los quites.