Hace casi 1 año que comencé a escribir en Maquilladas, un hecho que me ha permitido compartir mis experiencias, trucos y consejos, de los que espero hayas podido aprender algo. Hemos hablado de un montón de cosas: maquillaje, peluquería, cuidados corporales… y siempre parece que aún queda mucho más por decir, por eso seguimos acercando nuevos temas a diario.
En el caso de hoy, hablaré de la importancia que para mí tiene el saber retocarse el maquillaje, puesto que me parece tan elemental como el hecho de haber adquirido una técnica adecuada. De poco sirve salir de casa espectacular y que al cabo de un par de horas estés como una flor marchita y ajada, por ello, hay que estar pendiente de todos los detalles.
A pesar de que lo más común es retocarse los labios, hay otro factor que es primordial: el aspecto de tu piel. Evitar una apariencia húmeda y grasa no depende sólo del momento en el que te vas a maquillar, sino del cuidado continuo que le ofreces a tu piel; por ello, procura aplicarte siempre una crema hidratante que neutralice tu nivel de agua, especialmente si tu cutis es graso, para evitar que tu piel ofrezca brillos.
Dicho esto, proseguimos con el retoque. Tan importante como la barra de labios es el hecho de llevar siempre contigo una pequeña polvera que te permita retirar discretamente esos brillos y que, a su vez, no retire ni un ápice del maquillaje; a mí me gusta especialmente la Multi-zone Shine Control, y ya te hablé de ella en el post usa Lancaster y di adiós a los brillos.
Otro punto importante son los ojos, ya que muchas veces el lápiz no aguanta lo suficiente y/o las sombras se pueden correr, lo que produce un efecto pésimo. La raya la puedes volver a marcar en cualquier momento, pero la sombra no es tan sencilla de llevar encima y volverla a aplicar, por lo que será suficiente con que humedezcas un poquito de papel (puede ser higiénico o un pañuelo) y la retires hacia arriba, para evitar retirar maquillaje.