El término showroom se está adaptando cada vez más a nuestro vocabulario más habitual. Cada vez son más las perfumerías y centros de estética que cuentan con maquilladores que te dan unas pequeñas clases, destinadas en particular, a que saques partido con tus rasgos personales. Hay diferentes tipos de showroom, por un lado están los organizados por una marca concreta y que los realizan en su stand, y por otro lado, están los que organizan los propietarios de una perfumería, donde intervienen todas las marcas que su local posee.
Éstos últimos a mí me parecen mucho más interesantes, ya que muchas veces es necesario utilizar cosméticos, maquillaje y colorido de distintas firmas, y además, por lo general, no estás obligada a la compra de ninguno de sus artículos (aunque como agradecimiento, yo siempre compro un lápiz o algo así).
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