Cada año, llegado el otoño, la revista de moda Marie Claire entrega sus Premios Prix de la Moda a los personajes más destacados en sus secciones de diseñadores, fotógrafos, etc., y cómo no, también se elige a la modelo del año, que en esta ocasión recayó sobre la escultural novia de Cristiano Ronaldo, Irina Shayk.
Este evento nos sirve, una vez más, para acogerlo como una pasarela de moda, puesto que muchísimos fueron los rostros famosos que acudieron a la gala de entrega de dichos premios. Personajes de gran renombre, tanto nacionales como internacionales, muy allegados al mundo de la moda, aunque también los había conocidos por otros ramos de la farándula.
Por lo general, fue una velada donde la elegancia estuve presente en todos y cada uno de los invitados, especialmente en lo que a vestuario se refiere, con un protagonista absoluto, que fue el vestido largo, a excepción de alguno corto y algún mono. Las telas, no siendo el negro, destacaron en dorados, plateados, y se pudieron ver muchos encajes y brocados.
En mi opinión, y de un modo muy personal, diré que el contrapunto lo pusieron el maquillaje y peluquería, no tanto en lo actual y favorecedor, que sí lo era, sino más bien en su realización o mantenimiento, pues no sé si estaban a mucha temperatura, pero noté caras con mucho brillo, coloretes muy notorios, sombras algo movidas, y peinados algo encrespados, más allá de lo moderno que pueda ser un recogido informal.
Así como en cuestión de maquillaje el estilo nude estuve claramente presente, en lo que a peluquería se refiere, el pelo recogido fue la elección de la mayoría de las famosas allí presentes; bien a modo de trenza sobre el hombro, como Carmen Lomana; semirecogido, como Nieves Álvarez; o completamente retirado de la cara, como Irina Shayk.