Hace unos años se dio a conocer a la vallisoletana Aída Nízar, tras su paso por el conocido reality show “Gran Hermano”. A partir de ahí, nació un nuevo personaje televisivo que coparía muchas horas de programación y grandes audiencias. Esta circunstancia nos ha permitido vivir, paso a paso, la evolución física de la exconcursante, propietaria de una melena de gran calidad, a la que siempre le ha sido fiel.
El maquillaje de Aída Nízar suele ser de gran calidad y precisión, puesto que se ocupa de reducir en gran medida la fuerza de sus rasgos, un poco abruptos, quizá debidos a sus orígenes árabes, a pesar de no poseer la belleza propia de aquel lugar. En la imagen que hoy te muestro, me llama poderosamente la atención como, fuera de plató, Aída no es capaz de obtener los mismos resultados tan positivos a los que nos tiene acostumbrados.
En primer lugar, me sorprende la carencia de una buena base que le ayude a cubrir rojeces, granitos e imperfecciones; del mismo modo, la aplicación del corrector de ojeras no es para nada la más idónea, ya que deja entrever la prominencia de una zona triangular bajo los párpados, que sólo consigue destacar aún más el tono rosáceo del resto de su cutis.
En cuanto a sus labios, me sorprende enormemente el perfilado tan exagerado que luce, tanto en el color, como en el grosor, como en la forma en sí, que intenta exagerarle indebidamente los picos del labio superior, a la vez que le come parte de las comisuras; y todo ello, para dejarlo al aire y no cubrir el labio ni el perfilado con ningún color.
Si muestro mi sorpresa ante esta imagen es porque estoy acostumbrada a ver a una Aída mucho más atractiva, incluso en la isla, cuando adornaba su imagen con accesorios creados por ella misma y que le daban un aspecto mucho más favorecedor, de ahí la importancia de realizar correctamente todos los pasos que te llevan a un perfecto maquillaje.