Enormes ojos oscuros, sonrisa perfecta, rasgos suaves y delicados, piel clara… Anne Hathaway es un buen ejemplo de cómo la elegancia clásica sigue teniendo sus grandes representantes en Hollywood.
La actriz es consciente de que su belleza marca la diferencia, y es que tanto sus características físicas como su estilo distan mucho de los actuales cánones que a menudo llaman más la atención sobre la explosividad y la sensualidad y no por la naturalidad y la elegancia.
El primer punto de interés se encuentra en su radiante piel, que muestra los continuos cuidados de la actriz para conseguir esa blanca piel de terciopelo.
Más allá de los productos de cuidado de la piel, Anne utiliza siempre una base de maquillaje clarita acorde con su tono de piel habitual… ¡La piel blanca no es algo de lo que avergonzarse!
Sus enormes ojos castaños son sin duda los que se llevan el protagonismo, una característica destacable de su rostro a la que sabe sacar partido: Para maquillar su mirada generalmente utiliza tonos claros en el lagrimal y en el párpado superior (para remarcar la expresividad del arco de las cejas) y otras de colores más profundos como los marrones o los grises sobre el párpado inferior y la línea de las pestañas.
Para rematar la profundidad de su mirada Anne no olvida nunca perfilar la línea inferior de las pestañas con eye liner negro y potenciar el conjunto con una máscara de pestañas extra volumen.
Los labios de la actriz ya destacan lo suficiente como para querer llamar más la atención sobre ellos, motivo por el cual acostumbramos a verla en todo tipo de eventos (diurnos y nocturnos) con tonos naturales o rosados. No obstante, el rojo con el que la hemos visto alguna vez favorece ese look clásico aunque sensual y contrasta acertadamente con la blanquísima tez de la protagonista de películas como ‘El diablo viste de Prada’ o ‘La boda de Rachel’.