Cierto es que el dinero ayuda, pero también que la elegancia es algo innato, que quizá puedas llegar a mejorar, pero que nunca podrás comprarlo. Y esto es lo que yo pensaba desde hace unos años, cuando Borja Thyssen (hijo de Tita Cervera) nos presentaba a su flamante novia Blanca Cuesta.
En aquel entonces, esta joven desconocida lucía como una rubia atractiva de larga melena rizada, maquillada con muy poco acierto, y vistiendo siempre muy escotada de pecho, barriga, piernas y espalda; eso sí, para mí le faltaba un poquito de elegancia (desde el cariño, vamos).
Con el paso del tiempo, Blanca y Borja han formado su propia familia, a la que se le incorporan ya 2 pequeñuelos, y puede ser, quizá, a partir de este momento, cuando Blanca inicia su acertado cambio de imagen, en el que el vestuario, el peinado y el maquillaje cobran una perspectiva completamente diferente a lo que en ella era habitual.
En la actualidad, Blanca luce un aspecto más cuidado y elegante, aunque sigue conservando su atractivo y juventud, y para ello, opta por maquillarse con bases más neutras y refinadoras, que le proporcionan un tono muy natural, a la vez que le cubren poros e imperfecciones. Además, siempre puedes dar un toquecillo de colorete, a modo de rubor, y así ayudarte a subir un poco el tono, pero de un modo muy natural.
En cuanto a ojos y labios, Blanca opta por una línea muy discreta, que le otorga un aspecto de “cara lavada”, ya que no exagera ninguna de ambas zonas. Un ligero toque de color en sus ojos, quizá más natural al ser con lápiz marrón, y el mismo estilo en los labios, que no van perfilados ni muy maquillados, pero cuya apariencia es la del cuidado y la hidratación.
En lo que al pelo se refiere, cada vez es más habitual ver a Blanca con su melena peinada en liso, una técnica que con el tiempo ha perfeccionado, lo que no le impide seguir mostrando, de vez en cuando, aquellos rizos cobrizos con los que la conocimos.