Como ya hemos dicho en alguna ocasión anterior, nuestra piel es ese vestido que deberemos utilizar de por vida y por tanto también un elemento que debemos cuidar como un tesoro si no queremos arrepentirnos en el futuro: arrugas, manchas, envejecimiento prematuro… son muchas las cosas que pueden evitarse con unos cuidados mínimos y eliminando de nuestro día a día algunos de esos malos hábitos que la perjudican.
¿Cuáles son esas cosas que debemos mejorar por el bien de nuestra piel? A continuación te dejamos un decálogo con algunas de las más importantes.
1. Cuidados: Es uno de los problemas más comunes, y es que la costumbre de limpiar, exfoliar e hidratar la piel de forma habitual no está para nada arraigada entre muchas de nosotras. Acostúmbrate a realizar estos cuidados a diario.
2. Características: No solamente debes acostumbrarte a cuidar tu piel con productos nutritivos e hidratantes sino que además debes hacerlo de un modo correcto informándote para escoger aquellos que se adaptan a las características de tu piel según su tipo (seco, mixto, graso, normal) o aquellas cuestiones que queremos mejorar (contorno de ojos, labios, arrugas de expresión, etc.).
3. Importancia de desmaquillarse: Debes eliminar cualquier resto de producto o de la suciedad que se acumula en tu piel a diario siempre antes de acostarte. No olvides utilizar después tu hidratante.
4. Acné: Olvídate de explotar los granos o de frotar demasiado bruscamente tu piel, pues solo conseguirás dañarla. Será suficiente con acostumbrarte a exfoliar el cutis una o dos veces por semana sufras o no este problema.
5. Agua caliente: Puede que te encante, pero no es buena para la piel. El agua caliente quita los aceites naturales de la piel más rápido que el agua fría o templada y hace que se seque con facilidad llegando incluso a causar dermatitis.
6. Sol: Protege tu piel los 365 días año, pues los rayos ultravioleta afectan a las zonas expuestas también fuera de la temporada de verano.
7. Sueño: Los malos hábitos de sueño también tienen su impacto en la piel, que sufre una especie de estrés y no se encuentra en las mismas condiciones para la regeneración de las células.
8. Utensilios: Debes mantenerlos en buenas condiciones, por lo que la limpieza y el mantenimiento son fundamentales para evitar obstruir los poros de la piel, aplicar colores enturbiados y contraer infecciones bacterianas.
9. Tabaco: Los poros se abren, la piel se deteriora, se forman arrugas prematuras en el rostro y hasta algunas zonas como los dedos amarillean, entre muchos otros efectos perjudiciales… ¡olvídate ya de los cigarrillos!
10. Alcohol: La deshidratación que causa priva a la piel de sus nutrientes vitales y la apagan, mientras que los vasos sanguíneos se dilatan llegando incluso a provocar manchas rojas o dilataciones vasculares. Una dieta sana es también fundamental.