Del mismo modo que podemos afirmar que cada persona es un mundo, el cabello de cada una de ellas también lo es.
Por eso precisamente estás muy equivocada si piensas que todos los cabellos (con distintas texturas, en diferentes estados, etc.) requieren las mismas técnicas y cuidados para mantenerse bellos.
Si quieres saber cómo mejorar el aspecto de tu cabello según el estado en el que se encuentra echa un vistazo a lo que te contamos:
– Fino: Es uno de los que requiere mayores cuidados en tanto que se estropea y se rompe con mucha facilidad. Si quieres ganar grosor puedes teñirte el pelo, hacerte reflejos y cortar tu melena escalada y no demasiado larga y uniforme.
En cuanto a los cuidados, lávalo con asiduidad para evitar que el pelo se apelmace, pues no solo perderá volumen sino que además tendrá fácilmente un aspecto un tanto graso.
– Seco: Áspero al tacto, quebradizo y deshidratado, el cabello seco es una de las cosas más antiestéticas que puede lucir una mujer. Ahora no importan los motivos por los que se haya secado, sino la acción: Masajea tu cuero cabelludo con aceite de almendras o jojoba y déjalo actuar durante unos diez minutos y luego lávate con un champú hidratante. Esto ayudará a mejorar la circulación sanguínea, regulará la producción de grasa y la distribuirá mejor por el cabello.
Recuerda también que un buen cepillado regular es también muy beneficioso para esto último.
– Teñido: Aunque como decíamos anteriormente los tintes pueden ayudar a modificar algunos cabellos y resultar muy favorecedores, lo cierto es que sus ingredientes químicos perjudicarán a nuestro cabello alterando el equilibrio del pH (lo que lo seca y lo hace quebradizo). Utiliza tintes sin amoníaco y acondicionadores, champús y suavizantes para pelo teñido y haz un tratamiento hidratante semanal o quincenal.
No olvides que los champús anticaspa y la exposición solar potencian la descoloración prematura del cabello.
– Graso: El exceso de sebo en el cabello le da un aspecto sucio y apelmazado. Para controlarlo lava el cabello con champús suaves, evita el agua demasiado caliente y también los productos que desprenden calor como el secador y la plancha.