Hay quien dice que la belleza es un estado, y eso mismo pienso yo cuando veo por la calle a señoras de la tercera edad, que aún llenas de canas y poseedoras de diversas arrugas, transmiten un aire encantador, tierno; como si reflejaran una gran satisfacción por la vida que les ha tocado vivir, con sus más y sus menos, pero que han llegado hasta ahí y ése es el verdadero premio.
Entusiastas de la vida, coquetas en su justa medida, no van a permitir que los cánones de belleza actuales las aparte de un mundo donde sólo las “perfectas” alisadas tienen cabida. Las arrugas, al fin y al cabo, y más a cierta edad, es un reflejo de lo que has vivido, de lo que has sufrido, y también de lo que te has reído. Son el mapa de tu vida.
Cuando te haces mayor, entras en una fase en la que tu piel apenas tiene sujeción, se muestra más flácida, y por ello las arrugas son más notorias. Conviene que utilices siempre una crema que te aporte una buena hidratación, puesto que ya no es momento de ponerse a quitar arruguitas, pero sí que conviene darle a la piel todo el agua que necesita y, de ese modo, ayudar a que no aparezcan otras nuevas.
Para maquillarse, siempre mejor con la piel clara, puesto que los tonos oscuros hacen mucho más mayor y fijan más las arrugas. Para los ojos, una rayita o un toque de color será suficiente, ya que los colores muy llamativos les aportan mayor sensación de estar hundidos. Los labios, a esta edad, se vuelven más finos, por ello también conviene evitar tonalidades muy fuertes, y por supuesto, asegurarte de que no llevas carmín en los dientes. En cuanto al pelo canoso, puede resultar muy bonito, sólo debes tratarlo con productos que eviten que amarillee.