Anuncios, portadas de revista, alfombras rojas… siempre vemos a nuestras celebrities perfectas e impolutas. Deseamos su volumen en el pelo, sus labios gruesos, sus pieles tersas, y pensamos que es imposible que tengan sus complejos, pero, como todas sabemos, nadie es perfecto, ni siquiera las famosas más bellas, y sí, sí que tienen algunos complejillos que van aprendiendo cómo disimular.
La piel es el caballo de batalla de todas ellas, tantas horas de exposición ante los focos, les produce una apertura en los poros que sólo pueden disimular con maquillajes muy cubrientes, lo que no significa oscuros; se trata de densidad, no de tonalidad. Uma Thurman tiene los ojos demasiado grandes y saltones, lo disimula maquillándolos siempre con tonos claros. Barbra Streisand tiene la mirada desviada, por lo que siempre lleva sombras de color en aplicaciones ascendentes, de modo que desvirtúe esa sensación.
Jennifer Aniston detesta su rostro cuadrado y hace lo imposible por aparentar un enmarcado más curvo. El pelo, en este caso, es su mejor aliado. Ya sea melena corta o larga, siempre lo lleva suelto y capeado, de modo que estas capas más cortas hacia la cara le enmarquen las facciones que ella realmente no tiene. Catherine Zeta-Jones es, sin duda, una de las famosas más hermosas, con grandes rasgos, voluptuosa, pero acomplejada por lo fino de sus labios.
Siempre los perfila saliéndose algo de su borde natural y utilizando tonos muy fuertes, como lo son el rojo, por ejemplo. A Penélope Cruz, dicen, le parece que tiene poca separación entre el labio superior y la nariz, consigue dar un efecto de mayor distancia entre ambos renunciando, precisamente, a esos tonos tan fuertes; colores más neutros en la boca y centrar la atención en la mirada, le ayuda a conseguir ese conjunto perfecto que es su rostro.