Independientemente de cuál sea tu estilo de vestir y de maquillarte, la barra de labios es ese último toque fundamental e imprescindible que aportará luz a tu imagen total, además de proteger tus labios, especialmente en esta época en la que comienza el frío, ya que siempre actúan como una barrera protectora.
Lo que siempre me llamó la atención es que, cuando la gente acude a una perfumería a elegir una barra de labios, se la prueba en la palma de la mano, la muñeca, y hasta he llegado a ver antebrazos infinitamente trazados. Este método está muy extendido y es totalmente erróneo, por lo que, por lo general, luego compras la barra, te la pones, y no es lo que creías.
Para probarse una barra de labios el mejor sitio es, lógicamente, los labios, pero como a veces dudamos entre varios tonos y queremos hacer una preselección previa, si eliges otra parte de tu cuerpo, ésta ha de ser las yemas de los dedos, puesto que es el punto corporal que alcanza la temperatura más similar a la del labio.
No olvidemos que las barras de labios actúan y reaccionan de diferente manera por nuestra temperatura, de ahí la importancia de elegir una zona muy similar. A su vez, se aconseja que después la pruebes con el labio en las mismas condiciones que tendrás cuando vayas a maquillarte.
Por lo general, yo suelo aplicarme un poco de maquillaje fluido en los labios, para ayudar a que el labial permanezca más tiempo y no se corra, por ese motivo, llevo ese maquillaje conmigo cuando me pruebo una barra, ya que siempre distorsiona un poco el color final, y conviene que conozcas el resultado real.
Por otro lado, si el resultado esperado no es el que esperabas, conviene que te borres con una toallita húmeda y sin friccionar, ya que esa fricción aumentará tu temperatura y la barra que te pruebes ya no será el resultado real. Asimismo, no olvides elegir no más de 3 ó 4 tonos, ponerlos en orden en el mostrador y llevar cuenta de lo que te has probado. A veces encuentras lo que estabas buscando pero ya no recuerdas cuál de ellas había sido…