Pocas cosas podemos tener tan claras como que para triunfar con tu maquillaje una de las claves fundamentales es conseguir una mirada que te proporcione distinción, misterio y sofisticación, a la par que elegancia y buen gusto. Para conseguirlo, es muy importante, ya no sólo el saber marcar los plazos a la perfección, sino la duración del trabajo realizado y los materiales que hayas empleado para ello.
En este sentido, la elección de un buen khol es imprescindible, ya que de la línea que demarques con el lápiz partirá toda la esencia que el diseño realizado nos va a mostrar. Para ello, es muy importante que pruebes lápices de diversa textura, que pueden ir de más blanda a más dura, hasta que des con el que mejor persistencia tiene sobre tu piel.
Del mismo modo, el lápiz ha de estar siempre bien afilado, e insisto en que hay afiladores específicos para este producto, ya que no son válidos los habituales de papelerías. Si con el uso, notas que tu lápiz ya no pinta como antes, después de afilarlo pásale durante un segundito la llama de un mechero, verás cómo actúa otra vez como el primer día.
Si incorporas a tu maquillaje de ojos la utilización de sombras, es muy importante que, antes de aplicarlas, diseñes una pre-base en los párpados. Esto puedes lograrlo cubriendo la zona con un corrector, lo que hará que la sombra quede como pegada sobre él, y así te durará mucho más tiempo. Situ corrector no va bien por el espesor o el tono, siempre puedes aplicar en el párpado una mayor cantidad de tu base de maquillaje habitual.
Por último, y muy importante, una mirada perfecta siempre va bajo el marco de unas cejas también perfectas. Depílalas respetando su forma natural, ya no se llevan nada finas. Acostúmbrate a peinarlas a diario con un cepillito, y no dudes en rellenar con pequeños toques de color aquellas zonas donde pueda adivinarse alguna calva.