El maquillaje es una parte fundamental en el arreglo de la mujer, aunque no por ello debe ser recargado, ya que no se trata de poner “todo cuanto tengo” y pensar que así llevo un maquillaje perfecto. Hoy intentaré darte las claves de cómo lograr que tu aspecto sea siempre el acorde, en función de varios aspectos según los cuales maquillarás cada parte de tu rostro.
En primer lugar, es fundamental que sepas qué estilo de maquillaje es adecuado para cada ocasión, así evitarás llamar la atención por no ir conforme a lo establecido (aunque pueda sonar ridículo, piensa que tampoco llevas un vestido de boda para hacer los recados). Para la mañana y primeras horas de la tarde, la clave está en decantarse por un maquillaje natural, usando una base bastante neutra, dando un toque a los ojos con lápiz o eyeliner, y un poquito de brillo labial o barras no muy purpúreas, un toque de rubor y ya estás lista.
Para la noche, ya entras en una franja horaria donde pudiera ser que “todo vale”, aunque con matices, ya que conviene saber con quién vas y a dónde antes de sacar la brocha: que es una reunión por semana con compañeros, añade un toque de color a los ojos con una sombrita, o exagera un poco más las pestañas, puedes oscurecer el tono de los labios, y aplicarte doble capa de colorete, pero nada más. Si en cambio, ya hablamos de una boda, una gala, o una salida de fin de semana, ahí sí que es donde puedes lucir todas tus artes de esteticién.
La clave del éxito está en que no dejes nada a la improvisación, es decir, planifica de antemano qué resultado final deseas obtener. Piensa en si esta noche vas a centrar todas las miradas en tus ojos y aprovecha para sacarles partido, o por el contrario, arréglalos bien pero sin exagerar y dale protagonismo a tu boca. De este modo, conseguirás fraccionar cada parte y lograrás un conjunto global inmejorable.