Los labios son una parte del rostro a la que le podemos sacar muchísimo partido. Para ello es necesario que elijamos un buen labial que no solo nos ayude a mejorar de aspecto, sino que también nos aporte los cuidados necesarios que consigan hidratar y reparar esta zona tan sensible. Cada vez es más habitual que el mercado cosmético nos ofrezca productos con los que evitar que los labios se resequen, se agrieten y aparezcan los molestos y antiestéticos pellejitos.
La piel de los labios no tiene glándulas sudoríparas ni sebáceas, por eso carece de la barrera hidrolipídica que se ocupa de aislar la piel del rostro. Para contrarrestar esta carencia, acostúmbrate a utilizar a diario un bálsamo labial con activos emolientes y nutritivos. En este sentido, los ingredientes más utilizados son las mantecas (de cacao y karité), las ceras (de abejas, carnauba y jojoba), y los aceites vegetales (de macadamia y germen de trigo).
Del mismo modo, los labios tampoco tienen melanina, por lo que están desprotegidos frente a las radiaciones solares. Por este motivo es aconsejable que el bálsamo que utilices habitualmente contenga filtros solares UVA y UVB con un mínimo de factor de protección solar 15. En el caso de padecer tendencia al herpes labial es imprescindible que uses un SPF 50, ya que el sol es un desencadenante de este tipo de calenturas.
El cuidado y reparación labial es tan importante que ahora la mayoría de barras de labios incluyen en sus fórmulas ingredientes que antes solo aparecían en los bálsamos reparadores. Los labiales más innovadores contienen avances cosméticos que cuidan y embellecen tus labios y no se limitan únicamente a darles color. Son verdaderos tratamientos de belleza que contienen activos hidratantes, antioxidantes y reparadores que cuidan en profundidad. Los más habituales son las microesferas de colágeno y ácido hialurónico, glicerina, vitamina E, alantoína y pantenol.