Los post sobre formas de maquillarse son casi infinitos. Puedes dar consejos y trucos para resaltar o disimular algún rasgo concreto, proponer el colorido de moda, recomendar los estilos más adecuados a según qué ocasiones, etc. En este sentido, hemos hablado de cómo maquillarse para ir a una boda, a una entrevista de trabajo, a una sesión de fotos… y así muchas más ideas que siempre puedes adaptar a ti misma.
Hoy veremos también algo sobre lo que no se suele hablar tan a menudo, pero que deberíamos tener en cuenta para no acabar mostrando signos de cansancio. Me refiero a cómo maquillarse para ir de compras, algo que a priori no parece nada especial pero que sí lo es, especialmente si tienes por costumbre visitar centros comerciales. El exceso de gente, calefacción y focos acaba marchitando por completo la imagen divina con la que habíamos salido de casa.
Maquillaje ligero y luminoso
El truco para no acabar con el rostro ajado después de una jornada de compras está en conseguir un maquillaje ligero y luminoso. Para ello debes empezar por hidratar muchísimo la piel, ya que los factores que describíamos antes (focos y calefacción) nos deshidratan por completo. Usa una base de maquillaje fluido que te dé un aspecto natural y favorecedor, termina siempre con una buena dosis de iluminador en la zona del contorno de los ojos, ya que es donde más se refleja el cansancio.
Un maquillaje que va con todo
Si vas a probarte ropa, elige un colorido neutro en las sombras de ojos, eso te permitirá verte combinada y favorecida con cualquier prenda que te pruebes. Usa una barra de labios con algo de color alto, ya que en los probadores nos vemos siempre horribles y esa nota de color te ayudará a verte mejor. Lleva a mano un gloss o una barra para retocarte cuando haga falta, ya que te encontrarás con numerosos espejos y te arrepentirás si no lo llevas encima.