Quizá no sea el calificativo más agradable, pero lo cierto es que la manera más conocida de llamar a este tipo de ojos prominentes algo salidos hacia fuera es la de ‘ojos saltones’.
A pesar de lo que algunas podríais pensar este rasgo no tiene por qué ser negativo, pues es una gran característica que da personalidad e intensidad a tu mirada. Sólo tienes que saber cómo maquillarlos para aprovechar al punto justo su tamaño y ‘volumen‘, sin remarcarlos más pero tampoco ocultándolos.
Si quieres saber cómo conseguirlo presta atención a estos consejos y… ¡en marcha!
Lo primero que debes hacer es utilizar una buena pre-base de maquillaje para el párpado y aplicar con ligeros toquecitos un corrector antiojeras efectivo para la parte inferior del ojo.
Ahora llega el momento clave, en el que deberás poner todo tu empeño con los cosméticos para modificar ligeramente la forma de tus ojos y conseguir que parezcan más almendrados o rasgados.
Aplica sombras en beige claro sobre todo el párpado (nunca perladas, pues debes dar profundidad), incidiendo especialmente en la parte interior del ojo cercana al lagrimal y bajo el arco de las cejas. Las sombras oscuras (marrón, negro o azul marino) deberán ir únicamente sobre el párpado móvil, aplicadas desde la mitad del ojo hacia el exterior con una ligera tendencia ascendente hacia las sienes.
Para reforzar el efecto rasgado debes aplicar también un buen eye liner marrón o negro sobre la línea superior de las pestañas, fina en el lagrimal y cada vez más amplia a medida que te acercas al final del ojo, donde debes trazar un pequeño y discreto rabito ascendente. Aplica el rimmel haciendo especial hincapié en las pestañas del exterior del ojo para alargarlo, y evita hacerlo sobre las interiores.