En muchas ocasiones se habla del colorido que mejor le va a cada mujer para maquillarse. Para ello se tiene en cuenta el color de piel, de ojos, de pelo… así como también el tamaño de alguno de sus rasgos. Dependiendo del colorido empleado, no sólo se logra un look más o menos favorecedor, sino que también se pueden disimular pequeñas imperfecciones, así como agrandar o empequeñecer alguna facción.
En todos estos casos estaríamos hablando de una técnica de maquillaje muy perfeccionista y personalizada pero, al igual que ocurre en otros ámbitos como el vestuario o la decoración, hay tonos que son afines a todas nosotras y que bien aplicados y dosificados nos favorecen a casi toda la población. En este sentido maquillarse en tonos marrones es una opción con la que siempre deberíamos contar, puesto que su neutralidad es ideal para cualquier ocasión.
Todos los colores que comprende la gama del marrón te ofrecen multitud de posibilidades tanto en tus ojos, como en tu boca o en tus pómulos. Un maquillaje protagonizado por estos tonos siempre va a resultar muy armonioso y elegante. Esto te permite que puedas emplearlo en cualquier horario, ya que se puede ver tan natural por el día como sofisticado por la noche. Del mismo modo, también puedes lucirlo con un atuendo muy informal o con tus mejores galas.
La neutralidad del marrón te permite, por ejemplo, utilizar en tus ojos un trío de sombras en degradé que irás aplicando ordenadamente. Siempre teniendo en cuenta que el arco bajo la ceja es la zona que llevará el tono más claro de todos ellos, lo que te aportará luminosidad. En los labios favorecen mucho los tonos más nude y maquillaje, aunque en algunas ocasiones puedes subir un poquito el color. Para los pómulos, tonos miel y bronceado son los que mejor efecto buena cara te aportarán.