Hace un par de días se celebró el famosísimo encuentro de fútbol americano de todos conocido como la Superbowl y que cada año es seguido por millones de espectadores de todo el mundo, siendo uno de los momentos más destacados la actuación que la estrella elegida realiza en los minutos de descanso. Este gran honor le ha correspondido este año a Madonna, quien no necesita más presentación.
Como si de una moderna y futurista Cleopatra se tratara, Madonna hizo su aparición estelar enfundada completamente en dorado, con atuendo egipcio y tocado, y sólo al quitarse la enorme capa pudimos observar los detalles también dorados que decoraban su minivestido negro, que le dio mucho juego para acompañar todas las coreografías que hicieron las delicias de todos los allí presentes durante los 13 minutos que duró su actuación, que sólo recibió críticas por haber sido realizada bajo play-back.
En cuanto a peluquería y maquillaje, Madonna lució un look completamente moderno y nada casual, esto es, sabiendo que siempre cuida su imagen al detalle y que sigue las últimas tendencias de moda, siendo en muchas ocasiones precursora de las mismas, el hecho de que anoche luciera su larga melena ondulada con raya al medio y no al lado como es ahora lo más, se debe a que este hecho hubiera desfavorecido notablemente la colocación del tocado. Fue un dato importante que tuvieron en cuenta sus estilistas, ya que debe prevalecer el resultado final por encima de cualquier otro factor.
El maquillaje era simplemente perfecto. Ayer fue una de las ocasiones en que mejor cobertura lucía en el rostro, totalmente carente de brillos e imperfecciones. Toda la apuesta se hizo en sus ojos, que lucían una sombra dorada muy tupida y un trabajo exquisito que favorecía el moderno efecto pestañas postizas. Los labios nude y un poco de rubor le daban el último toque natural que permitía centrar toda la atención en la mirada.