Este año apenas hemos vivido el otoño, puesto que las altas temperaturas se prolongaron casi hasta diciembre y nos hemos encontrado con el frío del invierno casi de repente, pero dadas las fechas en las que estamos nadie puede decir que le ha cogido por sorpresa así que hay que estar preparados, abrigarse bien, evitar catarros y proteger nuestra piel del frío.
Como ocurre a lo largo del año, nuestros cuidados y rutinas de belleza las vamos centrando en el pelo, el rostro, depilación y como mucho, hidratación en cara y piernas, por lo que las manos vuelven a ser las grandes olvidadas de nuestro cuerpo y una de las partes que más se resienten con el frío ya que enseguida se resecan, pueden mostrar grietas, y hasta molestias importantes como los indeseables sabañones.
Mucha gente piensa erróneamente que hay que hidratar la piel en verano, por lo que sus cuidados van disminuyendo al mismo tiempo que lo hacen las horas de sol al día. Esta leyenda no tiene ningún fundamento ya que incluso la alimentación rica en frutas y ensaladas propias de esos meses ya contribuye a hidratar en mayor medida la piel. Es precisamente en invierno cuando necesitamos mucha más ayuda externa, y sólo la obtendremos a base de hidratar continuamente la piel.
Es bueno empezar el cuidado de nuestras manos desde primera hora de la mañana, lavándolas siempre con un jabón que no las reseque y que en este sentido los mejores son los que tienen glicerina y aceite de oliva. Utiliza una crema específica para esta zona y hazlo varias veces al día, existen distintas texturas que no te dejan la piel grasa. Utiliza guantes siempre que sea necesario ya que también son una gran ayudada para hacer que tus manos se sientan igual de confortables que en plena primavera.