A todas nos gusta poder presumir de un pelo bonito, pero para ello es imprescindible tenerlo sano, algo que sólo lograrás con los cuidados elementales que también son muy sencillos a la par que económicos: un lavado que se preocupe de eliminar todos los restos de suciedad en el cuero cabelludo, una gotita de hidratación en las puntas y no abusar demasiado del secador, utilizando preferiblemente protectores del calor.
Este último punto es el que más me preocupa hoy, puesto que cuando se indica “no abusar del secador” no significa lo mismo que “dejar el pelo al aire”. Es bien cierto que muchas mujeres tienen un cabello que seca de modo natural y se presenta bonito, medio ondulado y con volumen, pero también es recomendable que esto ocurra si te lavas la cabeza a primera hora del día y te seca rápidamente por encontrarte en un ambiente que carece de humedad.
Lo que no se puede hacer nunca, bajo ningún concepto, es acostarse con el pelo recién lavado, puesto que ese estado húmedo es totalmente contraproducente para dormir, no sólo porque pueda provocarte un catarro, sino porque la constante humedad del pelo durante la noche puede llegar a debilitarlo, incluso a pudrirlo.
Existe una leyenda que dice que no conviene lavarse la cabeza a diario, y no es exactamente así, lo que no se puede hacer es mojar el pelo día tras día para refrescarse o espabilar en la ducha, y hacerlo sin champú. Si por razones de grasa o caspa en el cuero cabelludo, necesitas lavarte a diario, puedes hacerlo, así como si tu trabajo te lo ensucia mucho también puedes hacerlo, en cualquier caso usarás champús recomendados para uso frecuente. Si lo haces porque te gusta el look mojado, podrás conseguirlo con gominas específicas que te proporcionen ese look.