De todos es sabido que un toque de maquillaje siempre favorece, pero lo que también podemos apreciar es que hay gente que se maquilla de un modo excesivo o incorrecto y que más bien parece una muñequita o la protagonista de un cómic, un efecto que no favorece nada y que resulta altamente artificial, por lo que hoy hablaremos de cómo evitarlo.
Encontrar el estilo de maquillaje que mejor va con cada una de nosotras, parte de la base de conocer tu rostro al milímetro, de modo que tengas muy claro qué rasgos puedes potenciar y cuáles debes disimular. Asimismo, es muy importante que te peines siguiendo la línea que has elegido, así como también deberás tener en cuenta tu vestuario y que el conjunto global sea una proyección de ti misma.
Mirarte al espejo y saber quién eres, es fundamental, de este modo, podrás fijarte en consejos y en los estilos de tus ídolos, y después adaptarlos a ti, para no pretender ser un calco de nadie, ni siquiera de tus amigas. Para empezar con tu técnica, siempre partimos del mismo punto: elige la base de maquillaje que mejor se adapta a tu color de piel, y cuya textura te permita cuidar las características de la misma (grasa, sequedad, etc.).
A partir de ahí, tienes el lienzo perfecto sobre el que trazar las líneas que mejor te definan. Para los ojos: dentro del colorido de moda, elige los tonos que mejor van con tus pupilas y tu color de pelo; este año los azules y morados son la locura, pero no nos quedan bien a todas. Dar una forma u otra a tu mirada tiene que dar como resultado una apariencia real, por lo que trazos de eyeliner muy gruesos y en los que se notan uniones, echará por tierra tu intención de lograr una mirada felina y seductora.
Esto mismo ocurre con los labios. Asegúrate de no pecar de exceso de perfilador para intentar hacerlos más voluminosos y sensuales, el efecto es pésimo. Hay bocas que no tienen tanta dimensión y que consiguen atraer cientos de miradas. La clave está en el equilibrio, en saber dibujar un pequeño contorno que taparás sutilmente con la barra de labios.