De toda la vida se ha dicho que la cruz de los chicos es la calvicie y de las chicas, la celulitis. Lo que ocurre es que a ellos se les ve todo el año y a nosotras, en verano o el resto de meses, en la intimidad. Otra ventaja que tenemos las mujeres frente a este reparto es que combatir la caída del cabello es un proceso mucho más complejo que el que necesitaremos para corregir la piel de naranja.
En un principio, la piel de naranja es ese aspecto rugoso que presenta nuestro cuerpo en zonas muy específicas, y que suele tener su comienzo en glúteos y muslos, y que es el mejor indicativo de que algo no estamos haciendo bien en nuestra lucha contra la grasa, que poco a poco va adquiriendo mayor terreno y dominio, hasta convertirse en la odiada y temible celulitis.
Es cierto que en el mercado tienes gran variedad de productos que te ayudarán a combatirla, tanto cremas, como parches, o diversos tratamientos de mayor o menor efectividad, pero todos ellos tienen un dominador común: tus propios cuidados, y créeme, no son nada difíciles de seguir, tanto si los realizas únicamente o con la ayuda de agentes externos.
Las piernas son la parte más agradecida de nuestro cuerpo, a nada que camines, ya notarás enseguida como la cadera empieza a contonearse y a mostrar unas sinuosas formas que antes se te antojaban imposibles. No es necesario que cometas excesos, camina una media de 40 minutos diarios, de un modo no muy forzado, y verás cómo lo notas muy pronto.
Eliminar grasa lleva siempre consigo, sí o sí, la ingesta de un litro y medio de agua al día, algo que lograrás si te acostumbras a ponerte una botella diaria, e ir bebiendo de vez en cuando, antes de que aparezcan los síntomas de sed.
En cuanto a la alimentación, no es necesario seguir una dieta exhaustiva, pero sí que puedes incorporar un poquito más de verduras (que tienen un alto contenido en agua) y eliminar un poquito la ingesta de dulces. Verás cómo en poco tiempo tu cuerpo te lo agradece y tú te sentirás mucho mejor.