En muchas ocasiones, acudimos a la perfumería con prisas y sin detenernos lo necesario a mirar las novedades e, incluso, consultar algunas dudas que nos puedan surgir; esto puede deberse a la falta de tiempo, a nuestra timidez o también a no querer mostrarnos un poco “pesadas” ante las señoritas que nos atienden.
Por ello, hoy quiero proponerte que acudas a tu centro habitual y que te detengas un ratito a curiosear, y que puedas consultar en persona algunos de los consejos, trucos o novedades de los que suelo hablarte aquí y que te sirva de refuerzo a las consultas que normalmente me haces por mail. En una perfumería tienen la ventaja de ver tu rostro al natural, algo que a mí me encantaría en muchas ocasiones, y así poder ver con claridad tus rasgos, tipo de piel y también tu cabello.
Son numerosos los stands en los que, más allá de realizarte la venta, pueden enseñarte el modo correcto para aplicar el producto, ayudándote así a sacarte aún más partido. De este modo, te encontrarás con una persona que pueda, por ejemplo, maquillarte un ojo delante de un espejo, mostrándote al detalle cada movimiento que realice con sus materiales y, a su término, ver in situ como tú misma te maquillas el otro para lograr el resultado más parecido o igual.
Del mismo modo, muchas vendedoras de productos de maquillaje también son grandes especialidades en cosmética, por lo que podrán valorar el estado de tu piel y recomendarte la textura y cobertura de maquillaje que mejor se adapta a ti. Este aspecto es muy importante, puesto que a veces damos con el color que estamos buscando, pero nuestra piel no muestra el aspecto de lozanía y resplandor que esperábamos de él, y nuestras expectativas se ven frustradas.