El hábito de comerse las uñas es algo inevitable, se hace sin pensar y, estéticamente hablando, los dedos dan un aspecto bastante debilitado y feo. Además todo lo que tenemos en el cuerpo sirve para algo y cumple una función, también las uñas. El papel que cumplen las uñas es el de proteger la piel que se encuentra debajo de ellas, por lo que cuando una persona se come las uñas esta dejando indefensa parte de su piel y más expuesta a bacterias y posibles infecciones.
Si consideramos el tema estético, especialmente fundamental en las mujeres, se dice que las manos son la carta de presentación, con un apretón de manos transmitimos mucho, pero al mostrar unas manos cuidadas y con uñas bien definidas, aunque no estén pintadas, la impresión es otra. Las causas de este comportamiento pueden ser varias, desde estrés, problemas psicológicos que indican conductas auto destructivas, miedos, nerviosismo, angustia e inseguridad entre otras.
Una de las formas para dejar de comerse las uñas es adquirir un producto en las farmacias con el que tienes que untarte o pintarte las uñas y así la próxima vez que te las lleves a la boca, sentirás un sabor horriblemente amargo. A algunas personas les resulta, otras no obtienen resultado ya que les da igual el sabor.
Si te decides por ésta opción ten en cuenta que algunos productos pueden ser tóxicos.
Otra alternativa, bastante anti-estética es colocarse tiritas, pero al fin y al cabo si no tienes voluntad las terminarás quitando también. En mi opinión es importante recurrir a la ayuda de especialistas, tanto un psicólogo para que te oriente y puedas saber en donde se origina la causa para poder atacar el problema de raíz y solucionarlo, como probar con distintas técnicas de relajación como el yoga, la meditación el Tai Chi, y otras disciplinas similares.