Modos de aplicación del maquillaje


La base de maquillaje parece el cosmético más imprescindible a la hora de embellecer nuestro rostro, y es que no solamente unificará el tono en el mismo sino que además ayudará a disimular algunas imperfecciones y dar algo de luz al rostro.

Precisamente por eso es uno de los elementos que la mayoría de mujeres utilizamos a diario, ahora bien… ¿cómo lo hacemos? Los pinceles, la esponja y nuestras propias manos son los recursos más habituales.

Para decidir cuál es el instrumento más adecuado debemos conocer primero el tipo de producto que empleamos así como también debemos tener en cuenta la cantidad que utilizamos y la cobertura que deseamos para el rostro.

Estas son algunas características de cada uno de los sistemas mencionados al principio:


Pincel: Los expertos la consideran como la mejor opción, y es que esta herramienta permite conseguir una buena distribución (media o completa) que deja un aspecto suave y natural sobre la piel del rostro. Los únicos puntos en contra que podríamos encontrarle es que puede ser difícil conseguir resultados perfectos al principio y que los pinceles deben ser lavados de forma regular.


Esponja: A pesar de que es el método más utilizado por la mayoría de mujeres tiene en su contra el hecho de que absorbe demasiado producto y en consecuencia hace que gastemos más de la cuenta (además de que puede acumular bacterias si no la limpiamos). No obstante, la esponja permite conseguir una cobertura completa.

Dedos: No es tan recomendable puesto que los dedos no ayudan demasiado a repartir de forma equilibrada el maquillaje en el rostro. Sin embargo, es más cómodo de aplicar de este modo tan natural y además resulta lo más útil cuando no tenemos tiempo o el resto de herramientas anteriores a nuestro alcance.

Todos ellos son prácticos y ofrecen buenos resultados, así que sólo es cuestión de ir probando a ver con cuál te quedas.

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