El verano es la época del año por excelencia para lucir palmito y para potenciar al máximo nuestra belleza natural durante esas deseadísimas vacaciones.
Precisamente por eso es en esta estación del año en la que queremos estar más guapas que nunca y aprovechamos para broncearnos, purificar nuestra piel y renovarnos no solamente por dentro sino también por fuera.
No obstante, a menudo no somos del todo conscientes de que algunos tratamientos de belleza pueden suponer más perjuicios que beneficios para nuestra piel durante estos meses.
Si quieres evitar los estragos del sol y el calor en tu piel lo más fundamental es que protejas tu piel con los mejores productos de protección solar siempre adaptados al tono de tu tez; ya sabes, ¡cuanto más clara sea ésta más alto debe ser el factor!
A día de hoy puedes apostar por las cremas tradicionales o por algunos productos por vía oral, que otorgan también una gran resistencia a la piel frente a los perjuicios de las radiaciones.
En cuanto al uso de cosméticos, es muy recomendable que dejes por un tiempo los tratamientos más agresivos para el cutis como los productos despigmentantes o aquellos que contengan algunos ácidos como los glicólicos, salicílicos o los retinoicos y que apuestes por las cremas que nutran e hidraten tu piel en profundidad, que es básicamente lo que ésta necesita en estos momentos.
También debes reservar para otras épocas del año algunos tratamientos de belleza médico-estéticos que puedan desproteger tu piel frente al sol: Pueden ser algunos como los peelings o los tratamientos cuya base sean las fuentes de luz como el láser o la luz pulsada, y es que tomar el sol tras estos tratamientos puede hacer que tu piel sufra fuertes quemadas en las zonas donde se había aplicado el tratamiento.