La aromaterapia es una terapia holística que promueve el bienestar y la salud aprovechando las propiedades curativas que se pueden encontrar en las plantas y hierbas a través de sus aceites esenciales, que satisfacen las necesidades del cuerpo, la mente y el espíritu. Estos aceites esenciales pueden utilizarse en ambientadores, masajes, en la bañera, en vaporizadores o como loción corporal o capilar, con lo que su eficacia se da de igual manera ya sea través del olfato (inhalar vapores) o de la piel (cremas, lociones, etc.).
Esta terapia tiene mucho éxito en el tratamiento de dolencias digestivas, musculares, problemas respiratorios o de la piel. También se utiliza como relajante o estimulante y para combatir el estrés y el insomnio. Durante muchos años se ha probado su eficacia en infinidad de tratamientos y ha demostrado ser beneficioso en tratamientos emocionales, terapéuticos, espirituales o físicos. La aromaterapia también se utiliza en la meditación, dolores de cabeza, ansiedad e incluso para aliviar los dolores menstruales.
Es uno de los tratamientos naturales más exitosos debido a sus múltiples beneficios y a su sencillez. Simplemente con darnos un baño y echarle un chorrito de lavanda podemos entrar en un estado de relajación buenísimo para nuestro cuerpo y para nuestra mente. A la hora de elegir uno, es muy importante comprobar que se trata de aceites naturales, puros y que no estén diluidos, ya que los productos químicos que les inyectan a algunos les quitan sus propiedades curativas.
Debemos elegir adecuadamente el tipo de aceite a utilizar en una sesión de Aromaterapia, teniendo en cuenta los beneficios que queramos lograr, así, si queremos relajación elegiremos lavanda o melisa, rosa o jazmín para conseguir efectos afrodisíacos, el eucalipto o la hierbabuena para descongestionarnos o bergamota y lemongrass si lo que queremos es revitalizarnos. Pueden combinarse siempre y cuando los efectos curativos sean los mismos y no mezclemos más de tres.