Todas las mujeres que hemos lucido tacones altos en algún momento de nuestra vida sabemos las molestias temporales y localizadas que esto puede ocasionar. Una dolencia que se convierte en crónica en los casos de aquellas personas que utilizan este tipo de calzado de manera habitual. Juanetes, callos y demás malformaciones son típicas, y a todo esto hay que sumarle los dolores de espalda.
Pues bien, si el camino más lógico y saludable es el de empezar a reducir centímetros de tacón para evitar todos estos males, a día de hoy nos encontramos con el colmo de la cirugía estética (por no decir de la estupidez humana), ya que la última moda en este tipo de intervenciones es cortarse los meñiques de los pies para poder soportar los tacones altos y no sufrir esas desagradables y antiestéticas dolencias.
Otras intervenciones igual de absurdas
Además de amputar la totalidad de los meñiques, se están realizando otro tipo de intervenciones igual de absurdas con el mismo fin, tales como el acortamiento de todos los dedos de los pies en quienes consideran que los tienen demasiado largos, o también inyecciones de colágeno en la planta del pie para crear una especie de almohadilla que amortigüe la presión al caminar. Sobra decir que esto es una locura que podría derivar en grandes malformaciones, posiblemente irreparables.
La negativa de algunos cirujanos
Así como podemos encontrar cirujanos que no tienen ningún tipo de escrúpulo a la hora de realizar estas operaciones, también hay que destacar la importancia de que la gran mayoría ha puesto el grito en el cielo y se niega rotundamente a intervenir a nadie que no requiera este tipo de amputaciones por motivos exclusivos de salud. Esperemos que esta buena práctica siga siendo el porcentaje más alto y que no renuncien a sus principios por el ansia del dinero.