Aunque a menudo no le demos la importancia que se merece, tener un buen set de brochas y pinceles para el maquillaje es casi tan importante como contar con los mejores cosméticos en tu neceser.
Sin embargo, a veces no nos apetece gastarnos lo que cuestan unos buenos útiles de belleza (una buena brocha puede costar una media de 20€), y menos sabiendo que en poco tiempo estarán demasiado utilizados y por comodidad dejaremos de utilizarlos para comprar otros nuevos…
Esto es en realidad un gran error, pues las brochas y los pinceles de maquillaje no son una herramienta de usar y tirar, sino que pueden limpiarse a menudo para mantener una perfecta forma y sin perder la efectividad.
La limpieza general hay que realizarla una vez a la semana, pero esos utensilios que utilizas para los productos húmedos (sombras en crema, eye-liners, etc.) debes lavarlos cada vez que los utilizas.
El proceso debería ser el siguiente:
1. Pon en un bol un poco de agua templada y deja caer un poco de jabón neutro para conseguir una mezcla jabonosa.
2. Sumerge los pelos de la brocha en el agua, pasando la brocha por los bordes del recipiente (como si pintaras) para eliminar todos los restos de maquillaje que pueda haber.
3. Para enjuagarla coloca la brocha bajo el grifo, boca abajo tal y como sueles sujetarla por el mango. Deja caer abundante agua templada sobre las cerdas hasta que quede completamente limpio. Ándate siempre con cuidado para no mojar la férula (que es la zona entre el mango y el pelo).
4. Una vez los hayas enjuagado debes dejar que se sequen al aire, en una posición horizontal sin que la zona de las cerdas toque ninguna superficie para que no pierda su forma natural.
Los pinceles de esponjilla que utilizamos para las sombras deben limpiarse aplicando sobre ellos un poco de solución desmaquillante líquida, frotando suavemente para eliminar todos los restos y luego aclarando y dejando secar.