Un exceso de horas frente al ordenador, una mala elección del maquillaje o el cansancio y el sueño acumulado pueden ser algunos de los responsables de que tu mirada pase de ser deslumbrante a tener un aspecto triste y cansado.
Si tus ojos son especialmente sensibles y acostumbran a verse afectados por la irritación y quieres evitar que esto ocurra debes empezar a tomar consciencia de algunos hábitos que cambiar y de otros que añadir… ¡No pierdas detalle de estos consejos!
Lo principal es ser consciente de que los abusos jamás son buenos: De este modo, no debes forzar la vista frente al ordenador más horas de la cuenta, no debes abusar de las lentillas más de las horas recomendadas (o de lo que las características de tus ojos requieren) y asegúrate de que las condiciones lumínicas de tu entorno son las adecuadas para no forzar la vista.
El maquillaje también es un indispensable que no debes descuidar en ningún momento, y es que desde el tipo de producto con su calidad y sus características hasta la forma en que lo utilizas puede ser muy importante.
En este sentido, los cosméticos que escojas deben ser cuanto menos artificiales mejor, y es que los ingredientes químicos en contacto con nuestros ojos pueden ser perjudiciales y causarnos molestias, picores y evidentemente los ojos rojos que queríamos evitar.
La calidad del producto también tendrá mucho que ver, por lo que no te recomendamos caer en el error de hacerte con máscaras de pestañas baratas de dudosa calidad en mercadillos o tiendas de aquellas de ‘todo a cien’.
Otros motivos por los que el maquillaje puede influir negativamente son el uso de técnicas como la raya de ojos sobre la línea de las pestañas inferiores o el mal hábito de no desmaquillar el rostro cuando estamos en casa o antes de irnos a la cama.
Si ya es demasiado tarde y lo que quieres es eliminar la irritación puedes utilizar colirios naturales a base de manzanilla, malva o alcachofera así como también los artificiales (pregunta por ellos en tu farmacia).