Cómo darse las primeras mechas


Por lo general, de niñas tenemos el pelo más clarito durante la infancia que en la adolescencia, por ello, cuando empezamos los primeros años de juventud, a todos nuestros cambios físicos más importantes, se les une el oscurecimiento del pelo, y esto nos hace sentir extrañas por lo fuertes que parecen nuestros rasgos.

Por eso, llegada esa edad es cuando muchas de nosotras decidimos darnos nuestras primeras mechas, que además de darnos color, nos ayudarán a mantener el pelo más limpio de grasa, tan proclive también esa etapa. Lo importante de este tipo de trabajo técnico de color es que tengas muy decidido de antemano cuál es el tono que quieres aplicarte y con qué fin, ya que no es lo mismo convertirnos en rubias, que dar simplemente una subidita de tono a nuestro cabello.

Teniendo en cuenta que siempre es más fácil añadir más cantidad de mechas, y también subir aún más el tono, lo que yo siempre aconsejo es empezar desde pequeñas cantidades, en mechoncitos finos, y comenzar la coloración a modo de reflejos. Para ello, el mejor método es el clásico de gorro y aguja de ganchillo, y que ésta sea de punta fina, para asegurarte de que coges poca cantidad de pelo en cada tirón; asimismo, es más que suficiente con que saques pelo, única y exclusivamente, de los agujeritos que ya vienen marcados en el gorro de las mechas.

En cuanto al producto, ya que lo que buscamos es un tono dorado muy natural, similar al castaño claro, es preferible utilizar agua oxigenada de 30 volúmenes y mezclarla con un tinte de numeración 9 ó 10, o incluso, la mezcla de ambos. El tiempo de exposición será cercano a los 30 minutos, y después procederás a un buen lavado de cabeza y consiguiente hidratación. Cuando ya estés peinada, verás aparecer esos reflejitos tenues, y después, ya depende de ti continuar con ese tono o seguir subiendo para verte más rubia.

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