Durante todo este año hemos visto cómo el color naranja se ha ido introduciendo en todos los sectores de la moda. Decoración, vestuario, complementos y maquillaje se fueron dejando seducir por un tono que se ha convertido en imprescindible este verano. Una tonalidad que se presentó inicialmente para labios y uñas, y que posteriormente se trasladó también a los párpados. Pero la incursión total es la que ha hecho sobre pómulos y mejillas.
El estilo Blush Coral se impone como líder absoluto en todas las texturas disponibles de colorete. El polvo tradicional, la barra, líquido y texturas crema o gel llenan expositores en los que el color butano es la estrella de la temporada. Una variedad que también afecta a todos los matices que presenta esta amplia gama. Propuestas tan variadas que pueden ir desde un ligero rubor hasta una mejilla totalmente marcada, pasando por un toque medio marcando la diagonal del pómulo.
El colorete naranja viene pisando fuerte y quiere acompañar todos los looks que te propongas lucir. Pero eso sí, trae consigo una pequeña norma de protocolo: en el rostro nunca lucirá a la vez en sus 3 zonas posibles. Esto es, podrás combinar el blus coral con una barra naranja, o si lo prefieres, acompañará a tu sombra de ojos, pero jamás lo pondrás en ojos, boca y mejillas simultáneamente. Esta norma no afecta a las uñas, que sí que podrán lucir tonos naranjas o cualquier otro.
En cuanto a la intensidad, depende en gran medida del conjunto global que quieras obtener. Si deseas un sencillo efecto buena cara, podrás utilizar un polvo ligero y poco pigmentado, y aplicarlo como venías haciendo habitualmente con los rubores rosados. Las texturas líquidas y en crema te proporcionarán, además de color, un bonito efecto iluminado. Y si lo que quieres es un look total blush coral, debes elegir un pigmento extremadamente alto y cuyo formato te asegure una alta fijación.